Acto solemne de investidura de doctorado 2023
Hace pocos días se efectúo la ceremonia de investidura de las nuevas doctoras y doctores de la Universidad del País Vasco, ceremonia que por la pandemia llevaba retraso e incluyó a quienes habíamos defendido tesis de doctorado en los períodos de la pandemia. También, se realizó la entrega del doctorado honoris causa a la profesora Elena Larrauri.
El evento tuvo lugar a lado de la ría, en el edificio Bizkaia Aretoa en Bilbao muy cerca del museo Guggenheim. La organización del acto cuidó de todos los detalles, desde la organización de la vestimenta hasta el orden de entrada al edificio. Dependiendo de la rama del conocimiento, cada doctor tenía traje y birrete de un color específico. Nosotros estábamos vestidos de color naranja. Cada doctor fue llamado por su nombre, que también aparecía en la pantalla junto con el título del doctorado. Las felicitaciones, la foto y el recuerdo se alternaban en cada ala del Auditorio Mitxelena para cada doctor o doctora.
El evento fue emotivo, a mi derecha tenía una doctora embarazada de 36 semanas que por su condición estaba más emocionada que el resto y, a mi izquierda una doctora feminista vasca que había vivido en Brasil y cuyo hijo había reclamado su ausencia en los tiempos de realización de la tesis. Compartimos nuestras experiencias y departimos momentos agradables en torno al tema investigado y al esfuerzo realizado. La colega embarazada bromeaba, si entro en labor de parto llamen a un doctor en medicina.
Fue una buena manera de hacer una retrospectiva personal y echar una mirada unos años atrás en los que me planteé varios objetivos. Este, el del doctorado nació de varias situaciones propias del realismo mágico latinoamericano que me permitieron volver a mí y a preguntarme qué quería hacer en la vida.
El camino del doctorado estaba señalizado, sin embargo, a medio andar y de forma arbitraria, cambiaron la señalética y las reglas. Esas cosas de la academia. Mi respuesta fue continuar y seguir en un contexto incierto. Me enfermé y cuando terminé la tesis tuve que buscar otras rutas que se abrieron con los brazos abiertos.
Aprendí mucho y sobre todo comprendí que la satisfacción no estaba en la llegada, sino en las pequeñas realizaciones que tuve en el camino como este acto de investidura. Dicho sea de paso, cuando conseguí el objetivo final volvieron a cambiar otras reglas de otro asunto relacionado con el doctorado.
En todo el proceso no faltaron los motivos para rendirme, sin embargo, seguí con perseverancia, pasión y paciencia, sin dejar de luchar. Hay un artículo del New York Times escrito por Adam Gopnik que habla sobre la diferencia entre logro y realización, mi doctorado fue más una realización con muchos aprendizajes en el camino.
«Al perdernos en una acción que lo absorbe todo, nos convertimos en nosotros mismos»
Adam Gopnik