Katiuska King
Análisis de la Consulta Popular y el Referéndum a realizarse el 4 de febrero de 2018 en Ecuador, a los que me referiré como Consulta o consulta de la discordia
Entender el proceso político ecuatoriano es tarea harto compleja. Me quiero enfocar en dos puntos: el objetivo del gobierno con la consulta y referéndum constitucional y el posible uso que le podemos dar como ciudadanos.
El gobierno busca a través de la consulta legitimarse y constituir una identidad propia, distinta de la figura de Rafael Carrea y Jorge Glas. Quiere desmarcarse del pasado para contar con capital político que le de oxígeno y gobernabilidad, más aún cuando ya no cuenta con mayoría propia en la Asamblea Legislativa, dado que el bloque de quienes ganaron en el 2017 como Alianza País está dividido.
Quienes afirman que esta consulta es inconstitucional (y aquí no entro a hacer una valoración legal del tema porque también habría que hacerlo de las enmiendas constitucionales del 2017 o del llamado inicial a la Constituyente) se olvidan de que esta consulta recupera la posibilidad de que la ciudadanía se pronuncie sobre distintos temas (que como he mencionado no tiene solo esa intención).
En la consulta aparecen temas que en el último período del gobierno de Rafael Correa dejaron de ser consultados a la ciudadanía ante la posibilidad de contar con un resultado adverso. En ese sentido, la consulta reivindica la importancia de las urnas al preguntar su opinión a las personas.
El primer tema es sobre la explotación del Yasuní (pregunta 7), que, no refleja la pregunta que el colectivo Yasunidos buscaba en su momento sobre la posibilidad de no explotación del ITT. Este llamado a consulta se dio cuando la iniciativa Yasuní ITT fue un proyecto impulsado por el mismo gobierno para mantener el crudo bajo tierra y que sufrió muchas idas, vueltas y finalmente, se dio marcha atrás en el 2013 para pasar a la explotación petrolera en el Parque Nacional y Reserva de la Biosfera, territorio donde habitan pueblos indígenas en aislamiento voluntario.
En ese momento el Consejo Nacional Electoral (CNE) no dio paso a la Consulta pese a que se habían recopilado el número de firmas requeridas. El CNE desechó la posibilidad de consulta y sin dar mayor detalle y sin devolver las firmas recopiladas que según ellos, no cumplían los requisitos. Según los sondeos de ese momento esa pregunta hubiera tenido una respuesta favorable y hubiera impedido la explotación del petróleo ITT en el área del Yasuní.
El otro tema que en el gobierno de Rafael Correa no se quiso consultar, por temor a un resultado desfavorable, fue el de la reelección indefinida (pregunta 2), aprobada a través de enmiendas constitucionales por parte de la Asamblea Legislativa en el año 2015. Estas enmiendas rompieron con la lógica anterior de consultar a la ciudadanía como en el Referéndum constitucional del año 2011, en caso de modificaciones a la Constitución del 2008 que fuera aprobada por el pueblo ecuatoriano en las urnas.
En esta consulta, el gobierno también incluyó preguntas sobre temas de actualidad como la inhabilitación política de funcionarios corruptos para que respondan con sus bienes (pregunta 1), la no prescripción de los delitos sexuales (pregunta 4), las actividades mineras metálicas (pregunta 5) y otra sobre el Consejo de Participación (pregunta 3) que resulta clave en la designación de funcionarios en áreas de control como superintendencias, función judicial, electoral, Procuraduría, Fiscalía, Contraloría. El Consejo de Control y Participación Social debe: “promover el control social y la rendición de cuentas, luchar contra la corrupción y designar a todas las autoridades de control”. El Consejo ha sido cuestionado en su papel contra la corrupción y en la designación de funcionarios como el anterior Contralor o el anterior Fiscal. Su importancia radica en que es el responsable de la designación de 41 funcionarios en la función judicial, electoral, órganos de control, entre otros.
La única pregunta económica es la relacionada con la Ley de Plusvalía (pregunta 6), por presión del sector de la construcción, que entiendo no incluye cambios a las regalías anticipadas de las mineras. ¿Esta pregunta es el reflejo del programa económico del gobierno?
El gobierno de Lenin Moreno tiene todavía mucho por definir y construir políticas claras de lo que busca como país más allá de escuchar a foros de economistas ortodoxos que, dicho sea de paso, algunos de sus miembros fueron seleccionados por Rafael Correa como interlocutores válidos del debate económico del 2015 en temas económicos. El resultado de esta pregunta podría ser un buen catalizador de la opinión ciudadana sobre las decisiones económicas del gobierno.
En primer lugar, no podemos negar el uso político de la Consulta y Referéndum por parte del gobierno para obtener capital propio y definir el ciclo político actual.
Desde el gobierno se promueve un voto en plancha a favor del SI en las siete preguntas. El gobierno incluyó algunas preguntas “comodín” y pide un cheque en blanco con un SI en las 7 preguntas.
Rafael Correa empezó promoviendo el No en las preguntas 2, 3 y 6 porque sabía que hay preguntas en las que ni él mismo podía justificar un voto negativo.
Y hay seguidores suyos que promueven el NO en todas las preguntas como forma de protesta a Lenin Moreno y respuesta a los problemas internos de Alianza País. A lo mejor si en el 2012 hubieran seleccionado otro candidato a la vicepresidencia, otro sería el escenario actual (http://katiuskaking.com/2012/11/10/en-el-sur-quiteno-se-escoge-binomio-guayaquileno/).
En segundo lugar, y en relación al contexto político en el que vivimos, votos en plancha a favor o en contra, van en contra de la posibilidad de contar con opinión propia y desconocer la capacidad de razonar que podemos tener las personas y la significación de ser consultados.
Como sujetos políticos activos deberíamos evitar dar libertad total y mantener una actitud vigilante y activa. Tampoco podemos desconocer el hecho de que permanencias largas en el poder implican abusos del mismo como se ha podido observar.
Esta Consulta será importante sobre todo en los temas de reelección indefinida y en el Consejo de Participación.
En tercer lugar, los resultados serán el reflejo de hechos simbólicos presentes y futuros. El gobierno en su afán de marcar una cancha propia debería entender que una votación por el SI no significa carta blanca. Para el gobierno no se trata solo de ganar, sino que el margen con el que gane será decisivo. Una votación demasiado a favor podría ser mal interpretada como un cheque en blanco para hacer y deshacer a su antojo y una ganancia ajustada sería vista como una derrota.
Otro punto que está por verse es el piso que obtendrá el NO en las preguntas que promueve Rafael Correa para conocer el nivel de respaldo actual.
De ganar la pregunta sobre el Consejo de Participación y Ciudadana, resta por ver qué entiende el gobierno de Lenin Moreno por transparencia y meritocracia.
A futuro y en función de los resultados obtenidos en las preguntas, las distintas organizaciones que promovieron el SI y el NO en sus ámbitos respectivos podrían mantener posiciones más activas para constituirse como contrapesos al poder. Por ejemplo, para que las designaciones al Consejo (en caso de que gane el SI) no se realicen a título individual sino como representante de una organización a quién es persona debe rendir cuentas.
¿Le dará gobernabilidad la Consulta al gobierno?
Mucho por ver y analizar… el radio pasillo de la política ecuatoriana no termina todavía. Las próximas decisiones del gabinete ministerial serán también una buena muestra de las correlaciones de fuerza al interior de los grupos políticos que apoyan a Lenin Moreno.
Finalmente, lo relevante de este proceso electoral es el discernimiento entre preguntas. Si nos preguntan, usemos las respuestas para mostrar nuestras opiniones y mantengamos una participación activa.
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Aquí el detalle de preguntas y anexos: https://spark.adobe.com/page/lVEJiFXHmIKsj/